Ana – Mi amable vecina

Llevaba un día muy caliente, no paraba de mirar los culos de las chicas que pasaban y de mirar sus pechos, la verdad es que la llevaba dura todo el día.
Cuando llegué a casa, salió al descansillo mi vecina de al lado. Una cincuentona muy bien conservada, gracias a una vida relajada que le proporcionaba su marido, que no paraba en casa de lo que trabajaba el hombre, la mujer se dedicaba a ir al gimnasio salir con sus amigas y poca cosa más, ah, y visitar al cirujano plástico, recientemente se había operado los pechos. Ana, así se llamaba, era muy pesada, tenía por costumbre salir a recibirme y darme conversación, contándome batallitas de su infructuoso día. Yo intentaba evitarla pero aquel día me quedé mirando sus tetas, poniendo aún más caliente.
Estaba seguro que intentaba seducirme, siempre salía muy escotada y con faldas muy cortas, y ese día no era una excepción, así que decidí darle una alegría y de paso descargarme un poco los huevos de leche calentita.
Acepté su invitación de pasar un momento, cuando nunca lo había hecho antes, Ana se quedó sorprendida.
Nos sentamos en el salón, ella en un sofá de cuero y yo en el sillón que hacía el conjunto, muy amable me ofreció una cerveza, al depositarla sobre la mesa de centro dejó entrever sus tetas, casi pude lamerlas y al sentarse con aquella minifalda, pude ver sus bragas blancas en contraste con sus medias negras, estaba claro que quería que las viese.

Una cincuentona muy bien conservada, gracias a una vida relajada que le proporcionaba su marido, que no paraba en casa

En esos momentos tenía la polla como un mástil de barco. Comenzó a hablar de su día y de lo que se aburría en casa, yo asentía por compromiso, pero no podía apartar la vista de sus pechos y de sus bragas cada vez que hacía un cambio de piernas, ya no pude más, me bajé la cremallera y me la saqué delante de ella y comencé a meneármela. Ana se escandalizó, y puso el grito en el cielo llamándome pervertido, guarro, cerdo, pero no apartaba su ojos de mi polla en su máximo esplendor, así que decidí tapársela, me levanté y rápidamente se la puse delante de su cara, la abofeteé con ella y después se la metí en la boca. Se resistió un poco, pero después comenzó a mamarla, se notaba que lo necesitaba desde hacía tiempo.
En un arrebato, arranqué los botones de su blusa despejando el camino al sujetador, que levanté para dejar sus tetas a aire, le puse la polla entre ellas y comencé un mete saca como si le estuviera perforando el coño. Cuando me cansé, la cogí por las muñecas para sujetar sus brazos hacia atrás y se la volví a meter en la boca, para seguido restregarle la polla por la cara y ponerle los huevos en la boca, ella los lamía como una perra en celo, entonces me dijo:
– ¿Sabes que me estás violando? – Si quieres me voy. – le dije.
La solté y me dirigí a la puerta mientras me subía los pantalones, antes de coger el pomo, me estaba gritando que volviera y me la follara como la zorra que era. Dejar pasar unos segundos para que creciera su desesperación, luego me presenté ante ella desnudo. Ana estaba sentada en el suelo, desaliñada, con una mano tocándose sus enormes tetas y con la otra metida en sus bragas y acariciándose el clítoris: – Enséñame el chocho. – Le dije. Se apartó las bragas y me lo mostró, todo depilado, le indiqué que se acercara a 4 patas y me chupara los huevos y la polla. Así lo hizo y mientras, yo le levanté la falda para darle unas palmadas en las nalgas, estas se movieron como la gelatina, no se por qué cada vez me sentía más excitado y más violento.

Ana estaba sentada en el suelo, desaliñada, con una mano tocándose sus enormes tetas y con la otra metida en sus bragas

La cogí por la nuca e hice que se apoyara en la mesa de centro, con el culo en pompa, sin pensármelo dos veces le metí todo el rabo en su raja, empecé a follármela con fuerza, mis huevos golpeaban como un martillo, creía que me iba reventar la polla de lo dura que la tenía, así que se la saqué para tomar un respiro. Ella me miró desde su posición sumisa, jadeante, con el cabello enredado y me dijo:
– ¿A qué esperas cabrón? Fóllame el culo, vamos.
Le escupí en el ano esparciéndoselo con la polla, repetí la operación para que estuviera algo lubricado, Ana esperaba ansiosa y se mordía los labios impaciente, esperando el momento en que se la clavara. Jugué un rato más con a punta de mi rabo y su ano, realizando una ligera presión y de pronto la empujé con fuerza, su culo se abrió y mi polla se clavó hasta los huevos, ella dio un grito que debió oírse en todo el vecindario, y siguió gritando pidiéndome que no parara.
La penetré durante un buen rato, los huevos chocaban contra su coño, sonando como unas palmadas, agarraba con fuerza sus tetas, apretándolas y cuando me cansaba, la tomaba por el pelo y tiraba de su cabeza para atrás, la muy puta estaba disfrutando como una perra, sus gritos y alaridos lo confirmaban. Ya no aguanté más, la saqué de su martirizado culo, me incorporé, le cogí la cabeza desde atrás y puse mi polla en su cara, los chorros de leche saltaron sin más, llenando su cara de semen. Ana abrió la boca y más de una corrida le cayó en ella, se apresuró a saborearla y tragarla.
Me quedé sentado un momento en el sofá con mí polla colgando, ella se acercó a gatas, y desde esa posición la lamió y chupó tan solo la punta. Después me levanté, me vestí y me fui. No quería reconocerlo, pero había sido el mejor polvo de mi vida.

la mujer de los veinte amantes

Planeta Uxi de veinte amantes

Luciana tenía un esposo y veinte amantes, los cuales sabía como repartirse. ¿Su cuerpo? su cuerpo no se saciaba nunca. A cada uno de ellos, le era infiel, pero cuanto los amaba! La cornamenta del esposo era más grande que los satélites que circundaban el planeta amarillo. Y los cuernos

Amiga y su vagina

La amiga chechu , la novia y la diosa de la vagina

La vagina de una amiga  No pensé en subir este relato pero me decidí la rubiecita que les habla contado Marina de 30 años estaba de novia con una señorita de 27 añitos y vaginadulce llamada Paula amiga con la que vivía hacia un par de meses. Yo muy enamorada

Porno de una mujer religiosa

Relato porno de una mujer religiosa

¿Cuando se despierta deseo porno de una mujer religiosa? Hola vengo de  una familia religiosa muy devota con su religión,  por lo cual era virgen hasta los 24 y nunca habia escuchado del porno, soy de complexion delgada tengo todo en su  lugar, senos pequeños, nalgas grandes y bien formadas,

hermoso padrastro

Mi hermoso padrastro

Hola lectores de erotismo, me llamo José y tengo 23 años soy bisexual y mi madre se caso hac un año con mi hermoso padrastro, desde que lo vi fue un flechazo mi madre tiene muy buen gusto y su nuevo novio si que era guapo, al inicio me intimidaba

sexo con mi cita en el bar

El mejor sexo con mi cita en el Bar

Una aventura a ciegas Hace mucho tiempo venia sintiendo que me faltaba algo un poco de aventura en mi vida de riesgo y una noche me decidi a tener sexo con mi cita a ciegas en el bar. El bar estaba lleno de gente, respiré profundo y avancé. Era la

Contenido Generado por Usuarios con Desnudos

El contenido de RelatoSexy es generado por usuarios y puede incluir desnudos.