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Aquella madrugada …

Me encantan las madrugadas, cuando duerme junto a mi. Aquella, fue una de las más deliciosas...

Ser su mujer

Me encantan las madrugadas, cuando duerme junto a mi.
Aquella, fue una de las más deliciosas…
Se despertó de repente, con esas ansias de hombre caliente que reconozco enseguida en él.
Su olor me encanta, me envuelve. Los vellos de su cuerpo me fascinan, su piel, su voz.
Y es que hay cuerpos que satisfacen aquel morbo secreto que las damas no podemos abiertamente admitir.
Estaba de espaldas a él, me tomo de la cintura y sentí su erección.
Se rompió la delgada línea que divide a una dama y una gata en celo…
Acomodé mis caderas para que pueda penetrarme y el -experto- lo hizo enseguida. Una corriente eléctrica me recorrió de princio a fin.
Sentirlo dentro es una de las sensaciones más placenteras que he tenido en la vida.
Me encanta volver a disfrutar de esa verga deliciosa que hace 30 años me estrenó, que me convirtió en mujer, que me enseñó el placer.
Quise sentirlo más dentro y me puse en 4 para que me la meta más fuerte, más duro, más dentro.
Sentí su fuerza, su pasión, provocándome unas oleadas de placer que las almohadas tuvieron que ahogar para que el barrio entero no se entere que me estaba cogiendo como nunca.
Que delicia de hombre! Es una mezcla de añoranza del pasado (lo recuerdo muy bien a mis 16 años) y el disfrute de una mujer madura que ya sabe como y donde están sus puntos de placer.
No pude más. Sentí que iba a estallar y necesitaba tenerlo frente a mí, me di la vuelta, abri bien mis piernas para sentirlo mejor.
Que capacidad tiene de provocarme una lubricación enorme para que pueda entrar en mi como el quiera. Cuantas veces el quiera. De la forma en la que el quiera.
Nos volvimos a unir en esa dulce batalla de nuestros cuerpos. Mis gemidos de gata no podian parar.
Se daría cuenta que a veces soy una mujer obscura, morbosa, salvaje?
Si supiera la cantidad de obscenidades que pienso y quisiera decirle al oído cuando está sobre mi!
Y es que… el tenia que escuchar cuanto me gusta que me coga así de fuerte.
Tiene que disfrutar a la mujer apasionada que hace años despertó en mi. El me enseñó el camino. Con el aprendi casi todo lo que hay que saber del sexo. No recuerdo de ningún encuentro con el (ahora o hace 30 años) en donde no me haya provocado muchos orgasmos.
Esta vez ya había tenido dos y tuve que contenerme con todas mis fuerzas hasta esperar por esos gemidos que emite cuando se va a correr… Como me calienta escucharlo!
Me encanta que lleguemos juntos. Adoro mi sensibilidad para sentir cada uno de sus espasmos y despues su semen caliente que me invade, que me inunda, me posee, me llena.
Y luego la calma. Su respiración. Su abrazo. Su paz. La seguridad que siento, no  se la razón…
Ya habrá tiempo de pensarlo. Ya habrá tiempo de extrañarlo.
Por ahora y antes de dormir, solo doy gracias por ser mujer. Su mujer…

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