Esta es mi confesión sobre mi primer trío con dos hombres. Quiero dar más detalles sobre cómo soy, tengo 19 años, no soy muy alta, soy blanca, delgada y tengo el cabello castaño oscuro ondulado. Tengo una boca muy roja, senos y cola pequeños pero bien parados.
Cuando recibí su invitación a lo que había esperado durante tanto tiempo, me vestí con una minifalda sin nada debajo, me maquillé muy bien, me depilé por completo y me puse una blusa transparente sin sujetador, desde donde se podía ver el pezón y la forma de mis pequeñas tetas. Mientras el chico desconocido (para mí) del trío conducía, el hombre con quien siempre tengo relaciones sexuales me introdujo los dedos en mi vagina húmeda y caliente hasta casi hacerme llegar al orgasmo. El conductor estaba visiblemente erecto y de repente extendió una mano hacia mí y tocó mis senos con los pezones bien parados, los apretó hasta hacer salir un líquido blanco, producto de la creciente excitación dentro de mi cuerpo. Yo atrapé uno de sus dedos y lo metí en mi boca, lo chupé como lo haría con su pene.
Luego cuando llegamos al apartamento, los tres estábamos muy excitados. Uno de ellos me tomó, me tiró sobre el sofá, me dio una nalgada, empezó a masturbarse y caminó hacia mi boca con su miembro erecto. Me agarró los labios, me abrió la boca, tocó mis dientes y de repente me introdujo su pene tan profundo como pudo. Aprovechó para agarrar mi cabeza y jalarme el cabello en medio de la excitación. No sentí nada más que placer.
El otro hombre llegó a mi vagina con sus dedos, metió dos dedos dentro de mí y empezó a masturbarme, llegando a mi clítoris hasta hacerme suplicar por su penetración. Cuando finalmente estuvo dentro de mí, puso su pelvis sobre mi trasero y empecé a moverme para él, mientras él tomaba mi cintura con sus manos. Sabía que estaba satisfecho de poder agarrarme casi por completo con solo dos manos y que en ese momento yo era suya y de su amigo.
En ese instante cambiamos de posición, nos pusimos de pie. Mientras uno de ellos abría mi culo para penetrarlo, el otro se puso de rodillas frente a mí y empezó a hacerme sexo oral. Grité de placer, cada vez era más intenso y ellos tampoco podían ocultarlo. Finalmente, casi extasiados, decidimos terminar en el sofá. Me senté sobre quien acababa de hacerme sexo oral y él penetró mi culo aún caliente. Abrí mis piernas mientras el otro hombre estaba dentro de mi vagina. Todos gemíamos de placer y éxtasis.
Deja tu comentario en la casilla de comentarios o síguenos en Facebook, Instagram y Twitter