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Una salida a la disco.

Una pareja joven experimenta con la idea de un trío. Después de fantasear, la esposa flirtea con un hombre en una discoteca mientras su esposo observa. Disfrutan de una experiencia sexual intensa después. Ahora planean más aventuras.

Una salida a la disco.

Somos una pareja joven, tenemos 30 años cada uno. Soy un tipo alto, grande, blanco, de pelo rubio y mi esposa es estatura media, morena, de pelo negro, lacio y largo, cuerpo de ensueño, piernas largas y tonificadas, caderas y trasero firme y pechos muy grandes, cara hermosa y sonrisa preciosa, para mi es espectacular, creo que es una mujer muy guapa y a donde vamos siempre llama la atención.
Hemos tenido algunas experiencias fuera de la “común”, pero nada extraordinario, soy sumamente sexual y me encanta salir de la rutina en nuestra intimidad aunque sea solo entre nosotros. Suelo comprar juguetes, vemos contenido erótico, disfrutamos nuestra sexualidad en pareja.
Desde hace algún tiempo he empezado a fantasear con respecto a verla con alguien más.
Una de las cosas que más me gustan y me generan placer es verla a ella disfrutando, es algo que me motiva más que incluso mi propia satisfacción, por eso me prende muchísimo verla masturbarse y utilizar juguetes, por ejemplo.
Ella solía ser algo tradicional en cuanto a la intimidad se trata, ha sido un proceso de ir abriendo su mente y con ello explorar nuevas oportunidades.
Meses atrás, mientras disfrutábamos de nuestra intimidad, tomé la decisión de fantasear con que estuviera con alguien más, mientras teníamos sexo le dije que quería confesarle que me excitaba muchísimo pensar en verla teniendo sexo con otro, que esa idea me fascinaba y que quisiera admirarla mientras se la cogían y disfrutaba verla sintiendo placer. Por lo que he leído muchas parejas inician en este mundo de esta forma.
Al principio, noté que la idea le sorprendió un poco, me preguntó si estaba seguro y me dijo que nunca lo había pensando, le confirmé lo que le había dicho y continué hablando del tema mientras me calentaba aún más y disfrutaba el sexo que estábamos teniendo, ella se dejó llevar en la dinámica y me siguió la corriente, diciendo que ya que lo planteaba le parecería bien y rico hacerlo. Esta fue nuestra primer cercanía con el asunto.
La relación sexual continuó de forma normal, siempre buena y placentera, de vez en vez esta fantasía volvía a aparecer y cada vez más ella se animaba a fantasear y participar con reacciones, palabras, gestos e iniciativas. Sin embargo, ya en frío y cuando hablamos de todo un poco, entre eso sobre lo que fantaseábamos, me decía que no estaba segura de poder hacerlo y que le gustaba en la dinámica, pero que ya en la realidad le sería difícil.
Siempre ha dicho que cuesta mucho un hombre le atraiga y que para pensar en tener una interacción mayor con alguien debe haber más que solo atracción física, que el físico no es suficiente, además de que resulta ser bastante exigente en cuanto a esto se trata, de ahí su discurso sobre el hecho de que se le complicaría pasar de la fantasía a la realidad.
Entendiendo esto, he tratado de desviar ese pensamiento, y de hablarle sobre el hecho de que si bien debería haber atracción, finalmente sería una interacción más sexual que otra cosa y poco a poco fue admitiéndolo.
Seguimos fantaseando por algún tiempo más. Cómo sería, la forma en que nos animaríamos, hablamos de estar en un hotel y que ahí conociera a alguien que le atrajera, de ir a un club swinger y otras cosas más. En la intimidad detallamos cómo serían aquellos encuentros y nos excitabamos mucho.
La fantasía que podía ser más realista era la de salir una noche a una disco y que ahí procediera a conquistar a algún tipo que le gustara, se le acercara, le hablara, le coqueteara, le bailara y poco a poco fuese generando lo suficiente en él como para que se diera algo más. Ella me dramatizaba lo que haría, me coqueteaba como le coquetearía, me bailaba como le bailaría, me tocaba como lo tocaría y me besaba cómo lo besaría.
Después de este juego de roles siempre terminábamos en un sexo buenísimo, disfrutando los dos, excitados a más no poder. Con esto fantaseamos unas cinco veces en total, era la fantasía con la que nos sentíamos más cómodos y que mejores reacciones generaba en ambos.
Debo confesar que yo mismo estaba dudoso si realmente era algo que podría aceptar fuera de las fantasías, pero pudo más la excitación y decidí dar un paso al frente. Hablé con ella con franqueza y le comenté que quería llevar nuestra fantasía a la realidad, pero que entendía que para ella no era sencillo por lo que implicaba, de ahí que podríamos ir poco a poco generando oportunidades.
Tomando un poco la experiencia de otras parejas leídas en este y otros foros, así como de la fantasía de la disco, le sugerí que lo hicieramos. La idea era ir a un club una noche, que cada quien entrara por su cuenta y que ella explorarla si habría algún tipo que le gustara, y si así era que procediera a coquetearle y a ejecutar lo que habíamos fantaseado tantas veces. Sabría que si ella estaba de acuerdo, sería prácticamente una realidad, de verdad es muy guapa, por lo que podría asegurar que ningún hombre se animaría a no dejarse llevar por sus encantos y su físico.
Me dijo que sí, que estaba de acuerdo y que lo mucho que habíamos pensado el tema le tentaba a probar la experiencia, pero que no se sentía lista para hacer algo más que solo coquetear, bailar y tal vez besar, quería experimentar primero hasta ahí para medir si estaba dispuesta a algo más en otra oportunidad. Además me comentó que no se sentiría cómoda entrando sola y que prefería ir con una amiga en común a quien le tenemos muchísima confianza y que podría ayudar para materializar nuestra fantasía, así que me encomendó hablar con ella, decirle lo que estábamos pensando y pedir su apoyo. Así lo hice, le escribí a nuestra amiga, le expuse el tema y me dijo que claro se sumaría a hacer que nuestra fantasía se hiciera realidad, entonces quedamos en salir un viernes, primero a cenar los tres y luego a la disco. Le comenté a mi esposa que ella estaba de acuerdo en ayudar y agendamos para el viernes de la semana siguiente. Una vez que lo hablamos tuvimos sexo y fue delicioso, no fantaseamos como tal, ambos estábamos pensando en eso y los niveles de excitación fueron extremos.
Llegó el día, cuadramos todo para poder salir y quedamos en vernos a las nueve en un restaurante de sushi. Ella llevaba un pantalón de cuero muy ajustado que enaltecían su trasero, piernas y cadera y una blusa con un escote muy pronunciado en donde sus tetas se convertían en protagonistas. Se veía deliciosa.
Ya en el restaurante nos pusimos al día con nuestra amiga en varios temas y una hora y resto después tocaba irse al club.
Salimos del restaurante, le dije a nuestra amiga que se iban juntas y que yo llegaría un rato después, ella nos dijo – ay cierto, hoy es noche de chicas-, me despedí de mi esposa con un beso muy profundo y caliente y se fueron.
Unos veinte minutos después recibí el mensaje de que ya habían llegando, le escribí que yo entraría en unos treinta minutos aproximadamente, que fuese tomando algo y revisara si había alguien conocido y así lo hizo. Poco después me escribió que no identificaba a nadie.
Al rato ingresé, las busqué en el lugar y estaban bailando y hablando, solas hasta ese momento. Verifiqué que no hubiese alguien conocido y después de hacerlo me ubiqué en una zona en donde tuviese total visibilidad hacia donde estaban, le escribí que ya había ingresado y por donde estaba, ella me ubicó y me envió una sonrisa bastante pícara, me escribió “ya te vi” con un emoji de beso y le contesté con un beso, también le escribí que lo disfrutara y lo hiciera solo si se sentía segura de que era lo que quería, ella contestó “de acuerdo” con un emoji de guiño.
A partir de ahí solo dejé que las cosas fluyeran, ellas se mantenían bailando y tomando algunos tragos, ningún hombre se animó hasta entonces a hablarles o acercarse.
La dinámica fue lenta, estuvimos en esa dinámica normal alrededor de una hora y media, en algún momento pensé que no se iba a dar y que ningún tipo había llamado suficiente su atención, pero me armé de paciencia.
Poco después me llegó un mensaje de mi amiga, me escribió “ya sabe con quién lo va a intentar, es el tipo de camiseta negra que está detrás a un costado de ella”. Era un tipo más delgado y un poquito más bajo que yo, blanco y rubio, teníamos similitud en la generalidad de biotipo.
Se encontraba recostado sobre una baranda del bar, hablando con un amigo suyo, parecía que ya había tomado un poco y mostraba algo de efectos del alcohol. Ella se fue acercando de espaldas poco a poco hasta que lo tuvo cerca. Se volvió y se presentó, yo tenía visibilidad absoluta de ellos.
Le extendió la mano, él lo hizo también, se le acercó al oído, imagino que le dijo el nombre, él lo hizo también y comenzaron a hablar e interactuar. Ella fue muy coqueta, como escribí antes, vestía un escote bastante pronunciado y al tipo le costaba no verle sus pechos. Sonreía mientras le hablaba, se tocaba el cabello y utilizaba sus infalibles técnicas de seducción. El tipo estaba encantado con ella desde el primer momento y vio su oportunidad de conquistar en esa salida.
Mientras todo esto pasaba sonaba reggaeton, era la música que el DJ estaba poniendo, ellos bailaban de frente pero con distancia, mientras se mantenían conversando. Así estuvieron unos 15 minutos. De vez en cuando me volvía a ver y me lanzaba sonrisas.
Los astros se alinearon, en ese momento el DJ puso Dancehall, es una música mucho más sensual y que se baila pegado. Ella de inmediato tomó al iniciativa, se volteó y le acercó su hermoso trasero y comenzó a moverse de forma muy sensual como bien lo sabe hacer; él no reaccionó de inmediato y estaba incrédulo, le costó un poco tomar confianza y entender que ella quería bailarle. Reaccionó y también empezó a moverse a su ritmo, pegando toda su pelvis en su trasero. Ambos se entendieron y empezaron a bailar muy sensual, con movimientos profundos y lentos que exigía a las caderas, ella se dobló un poco hacia el frente sin dejar de mover su culo de forma morbosa, en ese momento me lanzó una mirada muy excitante y siguió con su baile. El tipo en ese momento solo se dedicó a disfrutarla y no apartaba su mirada de las nalgas de mi esposa.
Ella se incorporó de nuevo, y recostó su espalda en él, mientras mantenía sus movimientos sensuales, colocó su cabeza bajo la barbilla de él, en el cuello y se mantuvo bailando un poco más.
La conozco, se cuando está disfrutando y lo estaba haciendo, yo estaba fascinado con lo que veía y me sentía sumamente excitado.
Él tomó confianza y llevó sus manos a las caderas de mi esposa, ella reaccionó de inmediato, lo vi en su cara, eso le gustó. Con fuerza comenzó a direccionar los movimientos para que pegara aún más el culo de ella con su parte íntima, y así en esa posición bailaron un rato más. Él se notaba excitado, a ella le estaba gustando bastante, mientras hacían esto nuevamente me miró y sonrió.
Él llevo su manos un poco más al frente, hacia su vagina y rosó la zona, ella no se lo impidió, justo después de eso nuevamente se hizo hacia adelante y comenzó a mover su trasero de arriba a abajo, de forma ya mucho más sexual, mientras en su cara se denotaba la lujuria que le estaba provocando.
Nuevamente se incorporó y su puso de frente, cruzaron piernas y mantuvieron movimientos muy sensuales, suaves y profundos, ella se movía muy rico y él le seguía el ritmo. Ambos denotaban en sus miradas mucha excitación, se veían a los ojos y era evidente que la temperatura estaba muy arriba.
En ese momento me excité aún más de lo que ya estaba con lo que veía, me encantaba verla portándose mal y disfrutando a poco metros de mi.
Él intentó besarla pero ella no lo permitió, y se mantuvo bailandole muy sexy. Él llevo sus manos hasta justo arriba de sus nalgas y la presionaba hacia sí, mientras él llevaba su pelvis hacia el frente. Ambos se estaban sintiendo en las partes íntimas y lo estaban gozando.
Nuevamente se giró y siguió moviendo el culo de forma sensual, se pegó a un más a él y me volvió a ver con morbo, yo entendí que venía algo más de lo que estaban haciendo hasta ese momento, ella alejó un poco su trasero de la pelvis y llevo su mano hacia atrás, comenzó a desplazarla por el abdomen hasta que llegó a su pene, con la palma de la mano empezó a rozar muy suavemente de arriba a abajo, despacio, con sutileza, cuando le sintió el miembro tiró la cabeza atrás y se mordió el labio, inmediatamente me volvió a ver de nuevo con una cara deliciosa. El tipo también tiró su cabeza atrás y se dispuso a disfrutar de ese tocamiento mientras hacía movimientos cortos. Ella procedió a apretar su puño mientras le agarraba el pene y a mover su manos nuevamente de arriba hacia abajo. Esta dinámica duró un poco menos que los anteriores bailes, pero ambos estaban encantados, podía ver su cara de enferma al agarrarle el miembro a otro hombre mientras yo la disfrutaba.
Se volvió nuevamente y comenzaron a bailar de frente otra vez, ella ahora hacia movimientos más profundos porque sentía el pene del tipo sumamente erecto y lo rozaba con su vagina, su cara de excitada me decía sin hablar lo que estaba sintiendo.
Él nuevamente hizo a besarla y esta vez ella accedió, el primer beso fue solo de labios mientras se mantenían bailando, fue sexy pero delicado, poco a poco el beso fue aumentando y al ratito estaban cruzando sus lenguas mientras bailaban y él llevaba sus manos a las nalgas apretando y sintiéndolas.
Dejaron de besarse y repitieron la dinámica unas veces más. Ella se separó un poco de él, me miró con placer, lo vio de nuevo y le guiñó un ojo, leí en sus labios que le dijo -ahorita vuelvo-. Se alejó un poco más, nuestra amiga estaba a escasos 2 metros, la tomó de la mano sonriendo sin dejarlo de mirar, me vio a mi y se dirigió a la salida del club, un par de minutos después me llegó un mensaje que escribía “vamos ya amor”.
Procedí a salir y nos encontramos en el parqueo, nos despedimos de la amiga y nos montamos al carro. La besé como nunca antes la había besado, ella llevó su mano a mi entrepierna y me agarró el pene, le dije que estuvo deliciosa y que lo disfruté muchísimo, ella me dijo que estaba muy excitada y que le había encantado.
Salimos del parqueo, ya en ruta me quitó el botón del pantalón, me sacó el pene y me masturbó mientras me contaba lo que había sentido, se bajó la blusa y dejó sus senos al aire, empezó a darme sexo oral mientras conducía y me seguía dando detalles de lo que vivió. Hizo el asiento hacia atrás, sus pechos quedaron totalmente expuestos y se desabrochó el pantalón, me pidió que la masturbara, estaba sumamente mojada, empapada, yo inicié a frotarle el clitoris, ella gemía mientras seguía hablando de lo que había hecho y había sentido.
Llegamos a casa, y cogimos como nunca antes, fue el mejor sexo que hayamos tenido, está experiencia fue genial para los 2.
El tipo ha de estarla buscando aún, le dio un nombre falso y tampoco se guardó el suyo.
Busqué en las redes de la disco si habían historias o vídeos que podrían mostrar el momento y así fue, en una historia logré ubicar uno de los momentos en donde ella le bailó y ahora cada vez que lo veo me excito como ese mismo día.
Hemos tenido mucho sexo recordando lo que hizo, ha estado buenísimo.
Ahora toca planear la próxima aventura para seguir en este mundo y dar siguientes pasos.

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