Tenia ganas de experimentar y después ver algunas películas y relatos de mujeres que habían trabajado por placer en algunos prostíbulos para sentirse un poco deseadas y hasta experimentar el estar con varios hombres, dentro de mi había nacido el deseo de sentirme igual quería sentirme sucia, una amiga tenia un lugar VIP en donde sólo atendían hombres distinguidos.
Yo era una mujer atractiva de cabello negro blanca delgada y seguro podría trabajar unos días para vivir mi fantasía fui al lugar y al llegar podía ver la elegancia que había, me sentí cómoda allí, hable con mi amiga para comentarle la situación a lo que ella sonrió indicándome que podía quedarme el tiempo que quisiera, arranque ese mismo día me puse una bata de seda y me recosté en la cama, sin pensarlo mucho esperando a mi primer cliente, mi primera vez en esta situación me tenia un poco nerviosa.
La puerta de mi cuarto se abrió con algo de brusquedad, me deslicé al borde de la cama, como me habían indicado, y abrí las piernas para incitarlo, para a traerlo, porque ya no levantó la vista de mi vagina hasta que me penetró, y empezó un jadeo rápido y sin fuerza. Este era un hombre elegante pero no muy bien dotado, cerré los ojos dejé caer la cabeza hacia atrás y me desconecte esperando lo que había venido a buscar: algo de sexo sucio, pero se vino muy rápido y no me dio mucho placer.
Me gusta el lenguaje soez en mis oídos, se agacho sin mas y metió la lengua, la deja metida, presiona, la saca y la mete rápidamente como una verga pequeña, dulce y juguetona. Me hizo tener un espasmo vaginal ya me temblaba todo
Estaba preparada para obtener de mi segundo cliente lo que quería, poder disfrutar un poco más me senté en el borde de la cama, con las piernas sobre el suelo para que no pudiera ver mi vagina, vi llegar a un hombre joven muy simpático sin duda había tenido suerte. Cuando entró le miré a la cara, según se acercaba yo llevaba mis manos desde el borde de la cama hasta mis pechos. Cuando estuvo suficientemente cerca abrí la bata de golpe y él se lanzó sobre mi apretándome los pechos, sus dedos recorrieron los senos para apretarme los pezones. Le gustaba apretar y a mí me gustaba ver que él no tenía ningún control.
Desde que me penetró sus movimientos fueron rápidos, violentos tuve que contraer mis muslos, mi vientre, y puse mi vagina tan dura como pude: quería sentir su verga recorrer toda mi intimidad. Desde que su punta abría mis labios, y corría por todo mi interior, Por fin sentía la suciedad en lo más íntimo de mi intimidad; me sentía una inmensa puta, sentía satisfacción, sentía placer.
Jamas me habían follado tan rico estaba apunto de tener un orgasmo corrí mi cuerpo para atrás y sus dedos comenzaron a jugar con mis labios, hacia un círculo muy grande, de arriba abajo, de abajo a arriba, cada vez con más fuerza, al subir rozo mi clítoris, se me contrajo la vagina de esa forma me hizo llegar luego de venirse se despidió con frialdad pero no me importaba.
Mi tercer cliente ya estaba en la habitación y yo murmurando pensamientos sucios ya estaba cumpliendo mis fantasías. Me gusta el lenguaje soez en mis oídos, se agacho sin mas y metió la lengua, la deja metida, presiona, la saca y la mete rápidamente como una verga pequeña, dulce y juguetona. Me hizo tener un espasmo vaginal ya me temblaba todo.
A veces he soñado que una manera de sentirme sucia sería sentar mi vagina sobre la cara de un hombre y que metiera su lengua todo el día en mi vagina, o mejor aún, una fila de hombres y pasar de uno a otro cada media hora, un día entero ¿Se podrá hacer Aquí?
Continua leyendo la segunda parte aquí.
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