Relatos Eroticos Con Fotos

Mis Cuernos Se Convirtieron En Mi Vicio

Ya les había contado como fueron mis primeros cuernos, mi esposa Andrea y nuestro amigo Daniel me dieron un espectáculo sexual inimaginable, los tres quedamos completamente complacidos que el siguiente miércoles nos reunimos nuevamente está vez en mi casa.

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Ya les había contado como fueron mis primeros cuernos, mi esposa Andrea y nuestro amigo Daniel me dieron un espectáculo sexual inimaginable, los tres quedamos completamente complacidos que el siguiente miércoles nos reunimos nuevamente está vez en mi casa.

Cómo el día siguiente era laborable solo nos tomamos una botella de vino, hablamos un poco pero está vez nada de trivialidades, nuestra charla fue sobre lo sucedido la noche del sábado, Daniel aún incrédulo que su amigo le haya prestado a su mujer, Andrea que le gustaba su nuevo amigo y yo con ansias de repetir la experiencia.

Mi esposa estaba sentada junto a Daniel y así pasamos hablando un rato, Daniel ponía su mano sobre el muslo de mi esposa y ella posaba su mano en la parte interior del muslo de él, yo fumando un cigarrillo tras otro, la ansiedad me lleva a eso y lo disfruto.

Cómo estábamos en casa Andrea tenía puesto un shorts pequeño y bastante suelto, una blusa holgada sin brasier, su blusa dejaba ver esos pezones firmes que le caracterizan, fui a la cocina por copas nuevas y al volver se estaban besando, mi esposa estaba sentada en las piernas de Daniel y lo tenía rodeado con sus brazos mientras disfrutaban de un beso apasionado, volví tras mis pasos para no interrumpir los, casi inmediatamente .i esposa ingreso a la cocina y me preguntó al oído “no te molesta si se repite lo del sábado” a lo que respondí “estoy deseándolo vehementemente.

Regresamos a la sala, me senté y servi vino, Andrea se quedó parada frente a Daniel le alargó la mano y le dijo “quieres subir a mi cuarto” Daniel le respondió “ahora?” Ai respondió mi esposa, el se puso de pie, la agarro por la cintura y me dijo “permiso mijo ya regresamos” y subieron por las escaleras hasta mi habitación, me bebi las tres copas de vino les di unos minutos y subí tras ellos, me quedé sentado afuera del cuarto tras la puerta para escucha e imaginar.

Al comienzo solo había silencio no se escuchaba nada (imagino que se habían de estar besando) luego escuché el cinturón de Daniel golpear contra el piso, luego sus zapatos y el rechinar de un sofá que tenemos en una esquina (se estaba quitando la ropa para empezar la faena) escuché a Daniel decir algo que no entendí a lo que .i esposa respondió “me encantó” mi cama hizo el ruido típico cuando un peso se lanza sobre ella, ahora sí podía saber que se estaban besando ya que sus besos eran apasionados y jadeantes, luego silencio ni un ruido para después escuchar a Andrea decir “sigue así papacito sigue lamiendo así, chupala que rico” los gemidos de mi esposa eran fantásticos me invitaban a imaginar sus piernas abiertas mientras Daniel lamía su concha empapada de sus fluidos y su saliva, la cama sonaba, seguro por la forma en que Andrea se retuerce mientras goza de una buena lamida de concha.

Ahora los gemidos eran de Daniel, estaba recibiendo una mamada insuperable de la mejor boquita que he conocido, A drea utiliza estupendamente su boca, labios y lengua para mamar la verga, es una delicia, ahora el sonido de la cama se hacía constante, los gemidos de mi esposa eran constantes… Sus gritos eran constantes, tuve que bajar y encender la radio para ocultar la faena sexual que mi esposa y mi amigo estaban teniendo, al subir la escuchaba decir “que rico que te mueves sigue así dame duro no te detengas sigue así” los gemidos ahogados de Daniel me indicaron que se estaba corriendo (después ya solos en cama me contó que se corrió en sus tetas), bajé las escaleras regresé a mi silla y los esperé.

Unos minutos más tarde bajo primero Daniel sonriente se acercó a la mesa tomo la última copa de vino que había y me dijo “mijo que rico culea Andreita” me sonreí y asentí, luego bajo ella, bañadita se me acercó y me dió un beso, ya estaba algo tarde así que Daniel se dispuso a retirarse, me puse de pie nos despedimos con un apretón de manos, se acercó a mi esposa la tomo por la cintura y le dió un beso bastante largo, tanto así que volví a tener una erección, separaron sus labios y el dijo hasta pronto preciosa y ella respondió hasta pronto precioso.

Daniel se fue nosotros subimos al cuarto me bañe y al regresar a la cama Andrea estaba desnuda y me dijo aquí en esta cama otro hombre me culeo y ahora quiero que tú también lo hagas, hicimos el amor salvajemente igual que la primera vez que tuve mis primeros cuernos, llegó la madrugada y recién nos dormimos.

He disfrutado muchísimo de mis cuernos y mi esposa que al inicio no queri estaba disfrutando también, después de esta segunda vez hubieron otras pero esas son ya otras historias.

 

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