Relatos Eroticos Con Fotos

Mi primer Masaje Lingam

Mi nombre es Jan, hace poco ya cumplí los 52 años, llevo casado más de 35 años con la misma pareja, y decidí auto regalarme mi primer masaje lingam,

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Mi nombre es Jan, hace poco ya cumplí los 52 años, llevo casado más de 35 años con la misma pareja, y decidí auto regalarme mi primer masaje lingam, , no buscaba sexo, sino algo diferente de lo que ya tengo en casa, salir un poco del hastío de la pareja, quizá mejorar mi función sexual, que por edad y por la vida misma, la verdad es que lo llevo muy mal, en estos momentos es más físico que sensorial, mi falta de alivido.

Así sin más, empecé a darle vueltas a la cabeza, a mirar, observar y leer por internet, la verdad es que hay un motón de oferta, pero no querría equivocarme, tenía muy claro que ni “escorts” ni mujeres demasiado jóvenes, buscaba algo sencillo, erótico, cercano, un estudio particular, no centros, la profesionales del masaje, ya anuncian que no ofrecen ningún tipo de servicio erótico, ni penetración ni sexo oral.

Me decidí por Gala de Noche, una mujer de edad aceptable para mí , con un físico muy normal, pero atractivo, de grandes pechos, alta y con melena negra, muy negra, pelo casi hasta la cintura, con fotos provocativas y eróticas, no sexuales. La verdad es que me tiré días y días visitando su web, leyendo sobre el lingam, sus efectos, sus beneficios, es una práctica muy ancestral aunque ahora se ofrezca como una terapia nueva, es un culto al pene, al órgano sexual del hombre, al orgasmo masculino, incluso se describe en alguna web que una vez realizado el masaje quizá no tengas fuerzas para correrte, es algo más allá de una paja, el precio del servicio también.

La llame un par de veces para concretar y reservar cita, información, dudas, tiene una voz muy suave, agradable, me hubiera pasado horas y horas escuchando su información, su atención, su dedicación, su voz, su sensualidad y erotismo, no me sonrojo si os digo que la segunda vez, de tanto acariciarme la polla por encima de los pantalones escuchando su voz, viendo su fotos eróticas en la web, me corrí, me corrí encima y en la oficina, suerte que ya era tarde y estaba sólo, me dejó muy claro que el masaje es interactivo, excepto sus partes sexuales, ella en top les, yo desnudo, ella me puede tocar entero, yo no, con delicadeza y cautela, es lo que quiero…!!!

Así que me decidí, ésta tarde de Martes fue mi regalo de cumpleaños, mi primera escapada sólo. Avisé en casa de que esta tarde llegaría tarde, pues tenía una reunión con abogados en Barcelona, y ya se sabe, siempre se alargan más de la cuenta.

Reservé hora para las cinco de la tarde, el masaje dura un par de horas, entre ducha antes, ducha después, etc., no querría llegar a casa con olor, con perfume de otra mujer, con restos de aceite caliente y seco para masajes, a flor de tiaré, mi pareja conoce muy bien estos olores, estos aceites, éste olor intenso, sedoso y muy femenino.

Llegue a su estudio con media hora de antelación, siempre me gusta llegar antes de tiempo para tomar el pulso al lugar, a la situación, a mi arrepentimiento. Un edificio antiguo de Barcelona, más o menos en el centro, de aquellos edificios con escaleras de mármol, con conserje, con ascensores con dos puertas y muy limitado, y el conserje me comenta “al cuarto primera B…no…?, pues si le respondí…

Estaba muy dudoso, muy nervioso, muy a la expectativa, si empalmaría, si eyaculo antes de tiempo, vale la pena…? Me pregunto una y otra vez…

Llamo a la puerta 15 minutos antes de mi cita, me abrió la puerta una mujer joven alrededor de 30 ó 35 años no más, muy linda, simpática, cálida y suave, con una bata tipo infermera, corta, con un escote muy generoso, como me gustaría desabrocharle el primer botón, adivinar que secreto guarda allí dentro, melena rubia, un rubio bonito, no amarillo, cola alta que la estiliza un poco más, en fin, todo muy sexy, empezamos bien, un ambiente cálido, hindi, madera, muebles de madera, un sinfín de olores, a incienso, a aceite, a mujer, luz muy tenue, voz muy suave, música de fondo, se oye la música pero se puede hablar, me da dos besos a la mejilla, casi en la comisura de los labios y deja que mire su escote, haber si adivino su pezón marrón café o rosadito, piel trigueña.

Me explica por encima el funcionamiento del masaje, sin tabús, palabras claras y entendedoras, me habla de correrme, de pechos, de condones, el ambiente para mi se va calentando, para ella es normal, es su trabajo, me acompaña con mucho cariño a la Room dos, por un largo pasillo de luz tenue, con fotos en las paredes de la masajista principal Gala, todas muy sexys y provocativas, semi-desnudos, fotos donde se le ve la cara, en la web la cara no se ve, fotos de sus pechos, de su cuerpo, a cada paso de ella le veo las braguitas negras, no se corta, sabe que las miro y le gusta, viste así para ponerme en situación, vuelve la cabeza me mira, me sonríe, me toma la mano, intenta que la situación sea más seductora, cortar el hielo, antes de llegar a la Room dos pasamos por la Room Uno donde Gala está acabando su servicio, oigo algún gemido de mujeres, creo que la masajista está con una mujer (Yoni), atiende tanto a hombre, mujeres y parejas.

Entramos en la habitación, Elia, la recepcionista que me ha atendido me indica que debo descalzarme, ella también lo hace, sus pies son divinos y bien cuidados, como toda ella, las uñas de los pies acorde con el color de las uñas de las manos, tengo erección, y estoy algo nervioso, un tatami super grande, quizá 2×2, sábanas muy limpias, muy blancas, muchas toallas en las estantería, aquí la luz es todavía más tenue, más agradable, Elia hace un olor increíble, un perfume muy fuerte y agradable, muy erótico, como ella, una bomba de mujer, me da las ultimas indicaciones, donde tengo la ducha, donde tengo los condones, donde debo dejar la ropa, la mía y las toallas que usaré, y me da a elegir que braguitas quiere que use la masajista, culote o tanga, me decido por un bikini culote blanco puro, me comenta que no este nervioso, que no este ansioso, que mire de relajarme, el ambiente, el olor, ella, te llevan a un bien estar increíble, me comenta si quiere que me ayude a desnudarme, a darme la ducha, que sobretodo, por higiene que me lave bien el sexo, se despide de mi dándome dos besos más, bien afilados casi en los labios, con una sonrisa increíble, que disfrute de la práctica, enciende un par de velas más y me deja sólo en mi intimidad y un café, no bebo alcohol.

Antes de la ducha, reconozco el espacio, es por mi seguridad mental, paredes color melocotón, suelo de madera noble, muchos budas, paredes llenas de dibujos tipo cuadro a lápiz de penes, de testículos, de pechos, de vaginas y clítoris, todo de muy buen gusto y nada obsceno, me siento bien, un ventilador de palas en el techo y una pared que es todo un espejo, un espejo enorme.

Gala, con una sonrisa abrumadora, con un cuerpo espectacular, supera con creces mis expectativas, es preciosa, es elegante, 1.80 de mujer, con mucho pecho,

Me doy una ducha con agua muy caliente, con un jabón neutro, me lavo bien todo el cuerpo la cabeza, el sexo, me toco pensando en Elia, me ha excitado muchísimo, y ella lo sabe, lo hace adrede para caldear el ambiente, para ponerte en materia, no quiero hacerme una paja en la ducha, sino estaré listo para el masaje, pero no ceso de lavarme mi sexo. Salgo de la ducha y me seco, me atavío con una pequeña toalla según lo que me ha dicho Elia, y me siento en el borde del tatami a esperar, intenso, caliente de cuerpo y mente, algo más relajado por la ducha, a la expectativa.

Aproximadamente a los diez minutos, toc toc, golpe de cortesía en la puerta, y entra ella, la masajista, Gala, con una sonrisa abrumadora, con un cuerpo espectacular, supera con creces mis expectativas, es preciosa, es elegante, 1.80 de mujer, con mucho pecho, quizá una 120 cc, estoy anonadado, es increíble, viste un kimono negro con letras en rojo, quizá en japonés, tiene el pelo muy negro y muy lado, piel dorada por el sol, un olor increíble, ha pasado por la ducha después del anterior servicio, además calza tacón, se acerca y da un pequeño beso en los labios, se presenta y me recuerda una vez más donde están los limites, nada de sexo, ni oral ni penetración, que ella tiene acceso a cada centímetro de mi cuerpo, yo al suyo con limites, es difícil para mi esta línea roja, me explicó de nuevo los beneficios del masaje lingam más allá del placer sexual, que empezaríamos por la parte trasera del cuerpo, desde los pies hasta la coronilla, vertebra a vertebra, intentando desbloquear todos los chacras, energizar mi cuerpo y mente, despertar mi alivido, mi energía sexual que seguramente tengo.

Iniciamos la práctica tumbados uno al lado del otro, en el gran tatami, ella con su kimono negro, yo con mi pequeña toalla pareo, con los ojos cerrados, con respiraciones por la nariz profundas, tomando aire por la nariz y expulsando el aire por el sexo, yo por mi pene ella por su vagina, nuestros cuerpos estaban tan juntos que noté la suavidad increíble de su piel, del brillo de su piel, su textura su olor intenso, el brillo de su piel, de su cuerpo.

Después de unos minutos largos de respiración, ella está más que relajada, al entrar ya la noto con cansancio, quizá ha tenido un día muy largo y duro, entiendo que no es una trabajo fácil, noto sus respiraciones cada vez más largar y profundas, como si estuviera entrando en sueño, le pido permiso para levantarme y me asiente con la cabeza, sigue con los ojos cerrados, yo estoy mucho más relajado y expectante, a la vez que mi excitación sexual se va mesurando.

Me siento sobre mis rodillas en sus pies, hay varios aceites esenciales en cuenco como medio coco, me unto las manos, lo caliento con las palmas de mis mano, empiezo a acariciar sus pies, el puente de su pies, los dedos perfectos y cuidados de su pies, dedo a dedo, entre los dedos, dibujo círculos de pequeños a grandes en sus tobillos, me gusta, su piel es tal como la soñaba, mi sexo empieza a empalmarse de nuevo, ella sigue respirando y con los ojos entre abiertos, me deja hacer, me deja acariciarla, voy de los tobillos a los pies, de arriba hacia abajo, que piel madre mía, que placer, mi pareo ya no aguanta por el movimiento, levanto los ojos y veo su entrepierna, el culote blanco puro que había escogido, le separo un poco las piernas para verlo mejor, se deja, mis manos se deslizan con total impunidad por su pies, tobillos y rodillas, suben y bajan, hacen presión en los muslos, esparzo aceite por sus piernas, piel dorada, suave, fresca a veces, caliente otras veces, me estoy recreando mucho, de los pequeños movimientos su kimono negro se va abriendo, dejando parte de su cuerpo al aire, todavía no alcanzo a ver su pechos, aunque los intuyo, veo su ombligo, me gusta, mis manos suben un poco más arriba de las rodillas, por su muslos, le acaricio la parte interior de sus muslos, se mueve lentamente, arquea las caderas, baila sus caderas a mi vista, mientras una mano acaricia el interior de sus muslos, con la otra mis dedos recorren las costuras de su biquini, mi mano se deposita sobre su monte venus, el hueso púbico de las mujeres, la palma de mi mano a noventa grados sobre su monte venus y su vagina, por encima del biquini, mis manos no cesan de tocar, de acariciar aquel cuerpo de mujer, mi erección es grande, tanto movimiento me ha caído el pareo que estoy desnudo y empalmado delante de ella, pero ella sigue respirando y dejándome hacer, sólo algún largo suspiro de bienestar, sus caderas se mueven suavemente a ritmo de su respiración y la mía.

Ya totalmente desnudo y empalmado, me siento sobre mis rodillas, pero esta vez con su cabeza reposando sobre mis piernas, suena una música potente de piano de fondo, la oigo respirar y gemir, me dibuja pequeñas sonrisas en su cara, se recoge el pelo y se hace una cola de caballo para que no estorbe, le toco la sien, les recorro las cejas, la frente, dibujo con mis dedos su nariz, el contorno de su ojos, todo el tacto es muy suave, excitante para mi, las emociones y sensaciones recorren todo mi cuerpo, con los ojos cerrados se abre de par en par el kimono, y allí están su pechos perfectos, dorados, con pezones grandes y oscuros, espero no correrme ahora, necesito más tacto, mis dedos siguen sus labios entreabiertos, su mentón, me recreo en su escote antes de llegar sin más a sus pechos, todo es divino, es un placer el piel con piel.

doy pequeños pellizcos a sus pezones oscuros hasta que enduren, luego lo tomo con sumo cuidado entre mis dedos y lo estiro hacia afuera, mientras mi otra mano dibujo círculos enormes en los pezones para que se dilaten

Me unto de nuevo mis manos con aceite del bol de coco, y me atrevo a tocar sus enormes pechos, sólo puedo tocarlos, no puedo besarnos, y me gustaría, me gustaría muchísimo, ella abre los ojos y me dibuja una sonrisa de par en par, entiendo que tengo permiso para tocar, para acariciar con suavidad aquel cuerpo entero, doy pequeños pellizcos a sus pezones oscuros hasta que enduren, luego lo tomo con sumo cuidado entre mis dedos y lo estiro hacia afuera, mientras mi otra mano dibujo círculos enormes en los pezones para que se dilaten, me gustan los pezones grandes y dilatados, y estos oscuros que siento y veo, más todavía, me faltan manos y tiempo para acariciar todo aquel cuerpo lindo de mujer, ni en mis mejores sueños, ni en mi mejores polvos habría soñado algo así, es increíble, tengo a mi merced todo este cuerpo de mujer, sus axilas son perfectas y definidas, sus hombros corpulentos y musculados, su vientre es perfecto…!!!, estoy muy excitado y el tiempo va pasando, pero ella parece no tener prisa por terminar, en ningún momento tengo la osadía de tocarme, todo y que mi polla está más dura que nunca, la naturaleza no me premio con un buen miembro viril, pero el que tengo está como para estallar.

Mientras mis dedos siguen dibujando círculos en su pezones, sus manos se deslizan hasta su sexo, su sexo rasurado que invita a tocarlo, a mirarlo, a mimarlo, a comerlo, Gala empieza a acariciarse por encima de su biquini blanco puro, muy despacio, con mucho tacto, sus manos va una a cada lado de su sexo, y sin quitarse la braguita se saca los labios vaginales por los lados de su pelvis, son rosados, son grandes, están gruesos, están mojados, se los pellizca suavemente a su antojo, se los aprieta entre sus dedos, será estoy un Yoni me pregunto…, pero sigue, yo sigo, creo que no me queda poro de su piel para tocar, para acariciar, sus respiraciones ahora ya son más fuertes, largas y profundas, sus exhalaciones sueltan algún gemido suave, no quiero pensar que sea por mis toqueteos, ella es una profesional, pero quizá se sienta a gusto, esta vez es ella quien recibe, adoro su cuerpo, es perfecto, también de vez en cuando me abre los ojos y me sonríe mucho, yo estoy muy excitado, pero de forma muy diferente a lo que estoy acostumbrado, no quiero correrse sin más y terminar todo esto, quiero que dure en el tiempo, que dure mi erección, que sus caderas no paren de balancearse, que no dejen de bailar, pero no se cierto si ella se esta corriendo o fingiendo para mi, es una profesional, no creo no…?

Cuando llevamos un buen rato de caricias y auto caricias, despierta, abre los ojos y sonríe, suela un largo buffff vaya rato que he pasado me comenta, nos levantamos, ella se acaba de quitar el kimono, queda totalmente desnuda, sólo con el biquini blanco, que pechos tan bonitos, que cuerpo tan perfecto, yo estoy desnudo, empalmado, húmedo, algo avergonzado, es mi primera vez con otra mujer, se calza los tacones, me coge de la mano y nos vamos frente al espejo grande que cubre toda la pared de la Room 2, me sitúa delante de espejo, veo mi cuerpo desnudo y el suyo, es preciso, yo frente al espejo, ella a mi lado, con su pechos, sus nalgas tocando mi parte derecha, a noventa grados, para que os situéis, me habla flojo, de forma caliente a flor de oído, me dice, esto no un masaje Lingam, es una paja especial para ti, toma mi polla en sus suaves manos y empieza a acariciarla, piel para arriba, piel para abajo, tira toda la piel hacia abajo, la ahorca abajo, la presiona, su dedos no dejan de tocar mi glande, tengo un gusto bestial, muy muy fuerte, mis manos se deslizan por su cintura, por encima de su braguita, ella pica con los dedos mi glande hasta que hace brotar unas gotas de flujo de mi sexo, es brutal, con su otra mano y con los dedos manchados de aceite cálido, dibuja pequeños círculos en la entrada de mi ano, estoy muy excitado, me faltan manos, me faltan sentidos para todo lo que me está ocurriendo, me veo en el espejo, la veo a ella, no puedo más, la paja es suave, sin prisas, recorridos arriba y abajo lentos, lentos y rápidos, moja sus dedos con mi flujo, y sus dedos bailan en mi glande, que placer tan enorme, que sensación, que orgasmo voy a coger…, su pechos no paran de rozar mi hombro, su sexo se contornea sobre mi cadera, a veces con pequeños empujones como si la clavaran por detrás, sus pendientes bailan, me respira fuerte y suave, me susurra en la oreja palabras que no logro entender, pero estoy ya un poco al limite, son ganas de explotar como nunca, pero seguía susurrándome al oído “no tengas prisa…disfruta del momento…es una paja especial sólo para ti”…

Cuando notó que mi polla, mi cuerpo ya no podía más, me dijo al oído, “toma tu polla en un mano y terminas tu, mientras miro y me recreo en tu placer que también es el mío, correte bien fuerte sobre el espejo mientras miro como te corres…”, y así lo hice, tomo mi polla en mi mano, mientras ella me miraba, esta vez los dos frente al espejo y me corrí con mucha fuerza sobre el espejo, mucha lefa, una respiración muy agitada, ella me sigue mirando, me sonríe, se acaricia los pechos, se pellizca los pezones, me pregunta si me ha gustado la paja, me susurra que vaya hacia el espejo, que tome el semen en mi mano y que me moje la lengua y los labios, le hago caso, con dos dedos miro de recoger el semen del espejo y me lo llevo a la boca, no me gusta ni su textura ni su olor ni su gusto, pero ella con los dedos me lo esparce por mi boca, por mis labios, y me besa con lengua, lo comparte conmigo, me excito de nuevo.

Pasamos a la ducha, pasamos juntos, esta vez se desnuda del todo y veo su sexo rasurado, que bonito, que labios vaginales tan gruesos, como me gustaría besarlos, pero no, nos enjabonamos los cuerpos enteros, sudorosos, llenos de aceite, flujos y olores.

Me despidió con un enorme beso, “lo he disfrutado mucho, me dijo, nunca nadie se ocupa de mi, no estoy acostumbrada a recibir y menos aquí en el trabajo, por todo ello, la paja te la llevas de regalo, y el próximo día espero poderte realizar un auténtico masaje Lingam, el que te mereces” Otro largo beso sin lengua, en los labios…”hasta la próxima” me despidió.

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