Relatos Eroticos Con Fotos

Mi cuñada carnosa

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La historia empieza así. Después de relatar como me fui enamorando del gigante culo de mi cuñada, llega otro donde contamos como le volví a dar una rica follada a esas nalgotas. Ya me la había podido coger dos veces, era lo más delicioso por su enorme culo. Está vez sería igual de rico.

De repente salió, traía unas botas altas, un pantalón pegado y una blusa con los hombros descubiertos; se veía riquísima.

Habría una fiesta en su casa, por el cumpleaños de su abuelito, una persona grande y algo enferma.
Todos estarían ahí, así que una cogida en su casa sería algo imposible.
Yo me arregle y llegue por eso de las 3 de la tarde, salude a la gente, a mi suegro, a mi chichona suegra y a mi novia.
No había señales de la culona de mi cuñada. De repente salió, traía unas botas altas, un pantalón pegado y una blusa con los hombros descubiertos; se veía riquísima. La salude y ella a mi, dándome un apretón de verga discreto.
La fiesta seguía y todo estaba en ambiente, a mi novia le encargaron a los niños, así que los cuidamos juntos, de momento me marcaron de casa diciendo que saldrían que regresará con cuidado, como siempre me dejan dinero le dije a mi novia que iría rápido por eso.
De repente mi cuñada se me acerco y dijo.
Si, Hoy te comes mi cola.
Yo me puse rojo y se me estaba parando la verga por la forma en que lo dijo tan sensual, descarada y sucia. Mi novia no escuchó, así que le dije de nuevo, y mi cuñada dijo que ella iría por una amiga, que se iba conmigo a buscarla.
Ella me sentó en el sillón y estábamos conversando.
Yo: Sara no podemos tardarnos por favor.
Sara: Tranquilo, dije que la esperaría, puedes decir que de regreso nos viste y te quedaste a esperar conmigo para no dejarme sola.
Yo: No cuñis, debemos irnos por favor, me fascina el cogerte, pero está mal.
Sara: ¿Si está mal? Entonces porque no parabas de verme el trasero, o creías que no me daba cuenta como lo desvestías con la mirada y lo chupabas en tú imaginación.
Yo: Ya te dije, tus nalgas son mi vicio por lo ricas que están pero no podemos seguir así.
Sara: Una última cogida, si no te gusta, lo dejamos.
Yo: Sabes que me vuelve loco el cogerte montas como una tremenda sata, y tus meneos me encantan.
Ella se levanto y empezó a bailarme, poniendo su culo en mi pene, en mi cara quitándose su brasier por debajo de la blusa. No mentiré, yo estaba durísimo pues me fascinaba lo que veía, de repente, me saque la polla y le dije.
Yo: Anda si tanto la quieres, cometela toda.
Sin pensarlo, ella se puso de rodillas y comenzó a devorarme la polla. Mientras la jalaba, me succionaba los testículos, después pasaba a lamer todo mi tronco, dándole unas lengüetadas de infarto, chupaba mi glande muy rico y suave, y se metía mi verga hasta el fondo, le salían lagrimas de tan profundo que se la metía.

Ella se levanto y empezó a bailarme, poniendo su culo en mi pene, en mi cara quitándose su brasier por debajo de la blusa

Una vez ensalivada, saco su pantalón y dejo ante mi sus nalgotas. Traía cachetero y se veía entero su culito, se lo fui bajando poco a poco, le mordía las nalgas, mientras besaba y chupaba su ano, la empine un poco, y comencé a meterle mi lengua a su ano y a su concha.Su pucha ya estaba algo húmeda y lubricaba de lo excitada que estaba está gata en celo, y daba unos gemidos muy ricos.
Le pasaba mi lengua por toda su raja, y se la metía cuanto podía en su estrecho ano. Su panocha estaba llena de su queso panela, escurriendo y así de espaldas, la senté en mi verga. Ella soltó un grito, y comenzó a darme unos sentones de infarto, mientras yo veía su colota rebotar en mi pelvis de una manera espectacular.
Ella se dio vuelta con la polla dentro, quitando su blusa y dejándome chupar sus pequeñas tetas, sus pezones estaban duros, ellas es morena como ya dije y sus pezones negros, son muy ricos. Estaba rebotando, ella gemía y daba gritos mientras yo nalgueaba su cola y chupaba sus chiches.
Sabíamos que nuestro tiempo era algo corto así que decidí apurar el asunto, la baje de rodillas, y le empecé a meter mi verga en toda la garganta, ella soltaba mucha saliva pues se ahogaba mientras lagrimeaba con una sonrisa de excitación. Cuando iba a correr me iba a salir pues quería soltarlo en su cara, ella me apreto más haciéndome correr en su boca.

 

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