Mi nombre es Noemi y llevo una temporada digamos alterada, ya saben el calor, poca ropa… En fin.
Hoy he quedado con un amigo a tomar algo y echar un vermucito y hace un día genial para ponerme mi vestido blanco y no llevar nada más debajo, ¡bien fresquita!
Solo llevo diez minutos en el bar y hemos pedido unas tapas y cuando me he levantado a pedir se me ha levantado un poco el vestido y he notado una cabeza al frente que se movía. ¡Madre mía como estaba el tío! Un moreno grandote llenito de tatuajes, no se me caen las bragas porque no llevo.
Uff que calor! Necesito una cervecita y una tapa fresquita para tranquilizarme y mientras lo pido noto como se me esta comiendo con los ojos. ¡Ojalá me comiera otra cosa!
Vuelvo a la mesa y debe ser el destino que me posiciona frente el y mi amigo esta a la derecha tenemos contacto visual directo, ¿Alguien ha visto “Instinto Básico”? Es mi momento de rememorar esa escena y subir un poquito mi vestido y hacer un cruce de piernas lento.
Suelto una risa fuerte para captar su atención y cuando lo tengo abro despacito mis piernas y las cruzo de nuevo. Puedo ver como se muerde los labios y se relame y me mira y con un gesto con la mano me da a entender que mejor las deje abiertas.
Ya me ha puesto cachonda perdida y empiezo a notar como me resbala todo un poquito pero soy una chica muy obediente así que me abro de piernas disimuladamente y dejo que disfrute de lo bien depiladito que lo llevo.
De repente se levanta a pedir a la barra y justo cuando va a pasar por mi lado le doy un toquecito al tenedor y lo dejo caer y él, como buen caballero, se agacha a recogerlo teniendo mi código empapado enfrente de su cara y aprovecha y me roza la pierna con sus dedos. Nos miramos y le doy las gracias y él me responde cuando quieras.
Él vuelve a su mesa y yo ya estoy que mi amigo lleva rato hablando y no sabría decir que es lo que ha dicho en la última media hora, porque soñó estoy pensando en la cabalgada que le pegaría a ese moreno ahora mismo.
De repente, escucho como dice es hora de vaciar la cerveza y ni me lo pensé que me la vacíe a mi dentro mejor.
Me fui hacia al baño, mujeres izquierda , hombres derecha. Me giro justo antes de entrar le miro mientras me muerdo los labios y dejo que me vea entrar al baño de hombres, me siento y levanto mi vestido solo tiene que llegar y meterla.
Abre y doy un golpecito en la segunda puerta para que sepa donde estoy y solo dice joder, que ganas tenia de follarte.
Se baja el pantalón y me falto tiempo para metermela en la boca y dar lo mejor de mí lengua, el tiempo va en nuestra contra. Mientras él me agarra de la cabeza y me da el ritmo y ya empiezan los jadeos y noto como empieza a ponerse dura dentro de mi boca. De repente me agarra y me sienta en la parte de arriba me pone la puntita de su polla como si me la fuera a meter y el cabron se pone a pasarme la puntita de arriba abajo rozandome entera y dándome golpecitos en el clítoris con ella. ¡Dios! Cada golpecito que me da me recorre un calambre hasta los tobillos no me había puesto tan cachonda hacia tiempo pero no aguantamos le agarró del cuello le muerdo la boca y le digo fóllame ahora mismo.
Y entonces empezó la magia, me agarró del pelo me la metió toda enterita y yo empecé a ver las estrellas con esa cara de rabia que ponía cada vez que me la metía… Estaba deseando gritar como una loca y de repente me cogió entre sus brazos me puso contra la puerta y empezó a empalarme contra la puerta mientras me comía el cuello y ya no podía más, me puse a gemir como una loca y le dije tapa… tapa… tapamelaboca o nos escucha todo el bar.
Puso su mano en mi boca y yo solo sentía como su polla caliente y mojada estaba dentro de mi y me dijo voy a apretarte un poquito porque ahora me voy a correr dentro de ti y tu te vas a correr conmigo.
Y efectivamente, cuatro empujones finales que me entraban como agujas ardientes y noté como me llenaba enterita por dentro, me corrí junto a él y le dije entre jadeos, me llamo Noemi, encantada.
Creo que no han sido ni 10 minutos pero juro que han sido los mejores que recuerdo, me tiemblan las piernas.
Nos sentamos cada uno en nuestra mesa como si nada hubiera pasado y sabiendo que puede que no volvamos a vernos nunca, aunque espero encontrarmelo en el próximo bar…
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